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Tips que facilitan vacaciones con hijos sensibles e introvertidos

Las vacaciones de verano están a la vuelta de la esquina. Para muchas familias eso significa hacer maletas para una merecida escapada de la vida cotidiana, y disfrutar tiempo en familia, divertirnos y relajarnos.

Las vacaciones con nuestros hijos pequeños, si son altamente sensibles e introvertidos, pueden ser algo (o muy) distintas a las vacaciones de otras familias. Pueden llegar a ser un desafío tanto para nuestros hijos, como para nosotras, sus madres.

Imagina:

Llegan a su alojamiento de vacaciones después de un vuelo, de un viaje en automóvil o en tren y, al llegar (o incluso desde el viaje), descubres que tu hija o hijo está de mal humor, estresado, llora o se queja y no coopera con lo que le pides hacer. 

Además, en los primeros días se queja de la comida que no es igual que en casa, que el clima, que está cansado, e incluso se tarda más de lo normal en dormir durante las primeras tres noches de las vacaciones.

Y como mamá manejando las situaciones con tu hija o hijo esos primeros días, te sientes más cansada de lo que estabas cuando te fuiste de casa

No es lo que esperabas después de tanta emoción que mostraba por el viaje en las semanas previas a la partida.

¿Te suena familiar?

Por qué las vacaciones familiares pueden ser un desafío con hijos sensibles e introvertidos

Pongámonos en contexto y entendamos las razones detrás, que son a grandes rasgos éstas:

Salimos de la rutina

Las vacaciones son un descanso de la rutina para la familia. Pero para los niños sensibles e introvertidos, y aún más si son pequeños, las rutinas son realmente importantes en su vida diaria. Las rutinas le ayudan a saber qué hacer, cuándo hacerlo y dónde están sus cosas. 

Ellos se desarrollan muy bien en los ambientes predecibles y conocidos, porque les permite saber qué esperar y eso les brinda una sensación de control y seguridad. 

Las demandas del viaje

Viajar puede ser un proceso agotador para tu hija o hijo. Es probable los desafíos de viaje en el camino hacia su destino de vacaciones le resulten muy estimulantes, además desconocidos

Dependiendo de cómo viaje, es posible que esté lidiando con la ansiedad por volar, el desfase horario, el mareo en el avión o en el automóvil, las filas de espera, los viajes largos en automóvil o el aburrimiento y la limitada movilidad en el asiento trasero.

Tu hija o hijo también puede darse cuenta de tu estrés por llegar a los vuelos a tiempo, o por manejar por nuevas carreteras u otros obstáculos inesperados que surjan. 

Recuerda que está muy en sintonía con las emociones y los sentimientos de quienes le rodean, puede absorber su estrés y tener fuertes reacciones emocionales.

Hemos dejado atrás la familiaridad de casa

Además de romper con la rutina, las vacaciones suelen implicar muchas experiencias nuevas, como:

  • Estar en un entorno desconocido, (una casa distinta o un hotel, otra cama que no es la suya…)
  • La comida y los horarios de comer (comer fuera, nuevos platillos o comida familiar preparada de formas “desconocidas” para tu hijo…)
  • Tal vez encontrarse con familiares o amigos que no conoce o no frecuenta
  • Estar expuesto a nuevas experiencias sensoriales de todo tipo (ver diferentes lugares, atracciones turísticas, paisajes…)

No olvides que los niños altamente sensibles procesan y sienten las cosas más profundamente, por lo que es fácil que se sientan abrumados mucho más rápido.

La razón por la que tu hijo parece inestable en vacaciones es porque generalmente les gusta lo familiar, la comodidad del hogar y la rutina. 

Y al estar en ambientes nuevos, desconocidos y tan estimulantes lo confunden. Su red de seguridad (casa y rutina) desaparece en vacaciones.

Tips para gestionar las vacaciones familiares

Después de entender las razones detrás, éstas son algunas estrategias para que las vacaciones sean más placenteras y relajantes para tus hijos, para tí y toda la familia.

Antes de las vacaciones

Considera la ubicación del lugar al que van

Planea con tiempo y prepara lo más posible. Ten en cuenta la ubicación, la lejanía, las horas de viaje, el modo de transporte y el nivel de actividad que tendrán cuando elijas un destino de vacaciones.

Algunas preguntas de guía:

  • ¿Cuánta estimulación sensorial puede manejar tu hijo a su edad? Una semana en lugares turísticos, albercas con toboganes y parques de diversiones será mucho más estimulante que alquilar una casa cerca de un lago.
  • ¿Cómo es el clima donde quieres viajar? ¿Cómo se siente tu hijo en el clima cálido o frío?
  • ¿Cuántas horas de viaje implica llegar? ¿Requerirá tomar un avión o un viaje largo en automóvil? No olvides considerar el viaje y las horas de regreso.

Involucra a tu hijo en la planeación 

Involúcrale en la planeación tanto como sea posible, recuerda que a los niños sensibles e introvertidos les gusta saber qué esperar. No reaccionan bien a las sorpresas. Si tiene la edad suficiente, pregúntale sobre dónde le gustaría ir de vacaciones en familia.

Una vez que tengas el viaje reservado, cuéntale: cómo llegarán, cuánto tiempo tomará el viaje aproximadamente, dónde se hospedarán, quién estará allí, etc. Puedes mostrarles fotos o videos de adónde van y discutir qué actividades les gustaría hacer en vacaciones.

Y pregúntale si hay cosas que le preocupan o le asustan sobre viajar. Aunque a tí puedan parecerte un poco raras sus preguntas, te podrían ayudar a entender y prever si hay algo que a ella o a él le da miedo o le asusta. Así evitan sorpresas inesperadas en el viaje y en las vacaciones.

Trae algunos artículos familiares de casa

Piensa en traer en la matela algunas cosas que usa comúnmente como su peluche para dormir, su libro de cuentos que le lees en la cama, su almohada, su toalla o hasta algo de su comida (cereal, galletas, jugos…), que tal vez no encuentre en el supermercado de las vacaciones.

Tal vez los primeros días de vacaciones no querrá probar platillos nuevos, por eso llevar una «reserva» de alimentos que sabes que le gustan, facilitará su proceso de cambio. Y si salen a comer, pide el menú infantil, que aunque a tí te parezca repetitivo, a tu hija o hijo le dan seguridad.

Por lo general, los hoteles y los centros vacacionales brindan artículos de tocador a los huéspedes, pero recomiendo llevar en la maleta los productos que tu hijo usa en casa. 

Tener el champú, el jabón y especialmente la pasta de dientes a la que está acostumbrado en casa puede ser de gran ayuda para prevenir los llantos, frustraciones y enojos. 

Programa tiempo extra durante el viaje (de ida y de regreso)

No hay nada más estresante que tener que precipitarse en una nueva situación. Asegúrate de dejar suficiente tiempo para descansos y retrasos inesperados cuando viajen. 

Haz todo lo posible por llegar al aeropuerto o a la estación de tren con tiempo de sobra antes de abordar. 

Si viajarán una distancia larga en auto, deja tiempo adicional para las pausas de descanso, para que tu hijo pueda moverse y liberar algo de energía por ir sentado en el auto. Considerar tiempo extra es una manera fácil de ayudar a que el viaje sea mucho más fácil.

Ya en las vacaciones

Mantén sus rutinas lo más posible 

Sí, lo sé. Puede ser molesto estar apegada a una rutina durante las vacaciones, pero no se puede tener tranquilidad ni diversión si tu hijo se siente malhumorado, agotado y en constantes estallidos emocionales.

Trata de mantener sus siestas y la hora de acostarlo lo más cerca posible de como lo hace en casa. Lo mismo con sus horarios de comidas.

También considera el comportamiento diario de tu hijo en casa. ¿Es típicamente malhumorado por la mañana? Si es así, ten un tiempo de inactividad por las mañanas y programa la mayoría de las actividades a partir del mediodía o la tarde. 

Si tu hijo es más un niño madrugador, planea hacer sus actividades más importantes temprano en el día.

Recuerda que menos es más

La mayoría de los destinos turísticos están llenos de actividades, eventos especiales y lugares para ver. Es tentador querer probar y experimentar «todas las cosas» en sus vacaciones, pero ten cuidado con la programación excesiva.

Debido a que los niños altamente sensibles sienten y procesan las cosas más profundamente, el tiempo de inactividad es muy importante. 

Necesitan poder alejarse de los demás y de los entornos que los sobreestimulan. Esto les permite recargar energías y es esencial para su bienestar.

Alterna los días más ocupados con los que tienen pocas o ninguna actividad planificada y está atenta a los límites de tu hijo. 

Si llega la mitad del día y notas que tu hijo está a punto de un colapso emocional, acércate y toma con tu hijo un momento de tranquilidad. Las pausas le ayudan mucho.

Haz tu mejor esfuerzo para ir con la corriente (no en contra) y no trates de forzar la diversión.

Y recuerda nunca reprocharle o juzgarle por sus reacciones, porque su forma de sentir y gestionar lo que siente, es algo que tu hija o hijo aún está aprendiendo a manejar. Ten paciencia.

Por último

Redefine “vacaciones divertidas”

Recuerda que el propósito de unas vacaciones en familia es disfrutar del tiempo juntos y relajarse. 

Acepta que lo más probable es que se produzcan estallidos emocionales y agobios durante sus vacaciones. 

Se flexible y paciente. Comprende que es posible que debas reajustar los planes durante el viaje. Sus vacaciones no tienen que parecerse a las vacaciones de los demás. 

Deben ser únicas para tu familia. Comprende que las vacaciones familiares perfectas no existen y tómate el tiempo para apreciar los momentos especiales de todos los días con tu familia durante su viaje.

Con la planificación, la mentalidad y las estrategias adecuadas, unas vacaciones familiares con niños sensibles e introvertidos pueden ser un escape muy agradable y muy necesario para todos. 

¡Ten en cuenta estos consejos y tendrás la oportunidad de crear recuerdos increíbles en sus próximas vacaciones y también fortalecer su vínculo familiar!

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¡Saludos! / Zulema

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