fiesta hijo introvertido y sensible

Tips para gestionar las fiestas con niños altamente sensibles o introvertidos

Las fiestas y reuniones sociales son situaciones cargadas de estímulos de todo tipo para los niños altamente sensibles o introvertidos. Son parte de la vida y más que dejar de asistir o evitarlas, se trata de encontrar las herramientas para gestionarlas de manera adecuada para que sean disfrutables para tu hijo o hija pensando en sus rasgos de personalidad. 

Aunque la alta sensibilidad y la introversión son dos rasgos de personalidad (o temperamentos) diferentes entre sí, existen aspectos similares presentes en ambos perfiles.

Algo que tienen en común los niños introvertidos y los altamente sensibles son sus comportamientos y reacciones ante situaciones llenas de estímulos agobiantes para ellos, como las fiestas y reuniones sociales. 

Si aún no tienes muy claro si tu hijo posee uno o ambos temperamentos, visita esta guía básica sobre introversión y alta sensibilidad que te ayudará a identificarlo mejor. 

Tal vez a menudo no sabes cómo gestionar las fiestas y reuniones considerando la forma de ser y temperamento de tu hijo o hija. Quizá incluso han terminado en peleas, llanto y frustración. Probablemente te has sentido desorientada, frustrada y preocupada.

Cada niño y cada situación es diferente, pero esta información puede ayudarte como punto de partida

Aquí encontrarás sugerencias que te ayudarán a comprender, preparar y gestionar de mejor forma la situación con tu hijo o hija, desde la empatía y el respeto por su naturaleza.

Las fiestas o reuniones sociales para un niño altamente sensible y/o introvertido

Muchas fiestas infantiles están llenas de muchos amigos, colores, juegos, dulces, movimientos, ruidos, canciones y actividades. Son muchos estímulos sensoriales juntos para tu hija o hijo, tanto si va de invitado, como si es su propio cumpleaños.  

Las reuniones familiares o de amigos donde hay muchas personas, y más aún si no los ve a menudo son para tu hijo una situación intimidante al principio. Necesita tiempo para irse adaptando poco a poco.

Si varias personas le piden besos, abrazos o sonrisas, o si le hablan al mismo tiempo, o si le hacen muchas preguntas… eso le resulta muy demandante y extenuante.

Hay que recordar que:

  • Por su sistema nervioso más sensible, percibe los estímulos externos de manera más profunda
  • Se sobresalta y se sobreestimula más fácilmente, lo que hace que se sienta saturado, en especial cuando una fiesta está en su punto más alto.
  • Debido a su alta capacidad del pensamiento y del procesamiento de la información, tu hijo o hija suele reflexionar antes de actuar o responder
  • Piensa sus respuestas antes de decirlas. Observa antes de actuar. Y en una fiesta o reunión hay muchos estímulos alrededor, que le dificultan pensar claramente.
  • Necesita tiempo para procesar lo que dirá antes de decirlo. Por eso se tarda en contestar preguntas o en reaccionar ante cosas que repentinamente le piden o preguntan.

Además, considerando que hemos pasado en el mundo muchos meses sin grandes reuniones sociales ni fiestas como se habituaba antes de la pandemia, puede ser que volver a asistir a fiestas o reuniones represente para tu hij@ un reto adicional

Por ello, es importante que tengas presente las características de sus rasgos de personalidad, para comprenderle y ayudarle de una forma empática, y pasar por este proceso con tu apoyo.

Tips para gestionar las fiestas y reuniones

En su fiesta de cumpleaños:

  • Recuerda: tu hijo o hija puede sentirse más a gusto con un grupo pequeño de personas. Sus mejores amigos bastan para que la pase bien. Tal vez a tí te ilusione hacerle una fiesta grande, pero recuerda que es tu hij@ quien debe pasarla bien y disfrutar para que tenga un lindo recuerdo en el futuro.
  • Déjale elegir qué habrá en su fiesta. Tal vez no tenga edad para decidir todo, pero sí algunas cosas principales como el tema, a quienes invitar, lo que le gustaría comer, etc. Saber que habrá en su fiesta le da seguridad y le permite preparar sus sentidos anticipadamente.
  • Planea lo más posible para que en la fiesta no tengas que estar improvisando y no estés estresada. Tu hija o hijo notará tu estrés y también puede influir en que ella o él se sienta ansioso. Si tú estás tranquila podrás gestionar mejor las situaciones que surjan en la fiesta, tanto de tu hija o hijo como de sus amiguitos.
  • Mantén la duración de la fiesta manejable para tu hija o hijo. Piensa en el tiempo que le sea suficiente para disfrutar y no estar muy cansado al final. Si desde la invitación indicas claramente la duración, todos sabrán la hora en que se acaba.
  • Obsérvale durante la fiesta, para monitorear si se siente bien, si la está disfrutando, o si notas que empieza a saturarse. Si es así, puedes ir con él o ella un momento a un lugar tranquilo (el baño, la cocina, el jardín…) para que haga una pequeña pausa. 
  • Importante: Las fiestas sorpresas no funcionan muy bien para niños introvertidos y/o altamente sensibles. Le toman desprevenido y puede que no disfrute reaccionando espontáneamente ante lo inesperado.
  • Al terminar su fiesta estará cansad@ y sobreestimulad@. Dale tiempo de descanso para que se relaje y recupere su energía. No pongas otra actividad más por el resto de la tarde. Pueden tal vez juntarse y platicar sobre qué le pareció, pero en tranquilidad. Déjale a su cerebro procesar la fiesta.
  • Mantén las celebraciones de cumpleaños en pequeña escala. Tal vez a tu hija o hijo le haga más ilusión otra cosa en vez de una fiesta de cumpleaños. Puede ser una salida en familia, una visita a algún lugar que quiera conocer, o invitar a sus 2 mejores amigos toda la tarde a casa. Escucha y considera sus opciones alternativas para celebrar.
Fiestas en pequeña escala son significativas para todos los invitados. A veces menos es más.

En las fiestas infantiles a las que le invitan:

  • Llega temprano. Le das la oportunidad de ver cómo los demás van llegando y de irse adaptando poco a poco al ritmo de la fiesta. Llegar cuando la fiesta ya ha empezado no le da la oportunidad de ajustar poco a poco su nivel de estimulación. 
  • Dependiendo de su edad, quizá puedas quedarte en la fiesta acompañándole. Pregúntale al llegar si eso le parece una buena idea. Tal vez solo unos minutos al principio, mientras tu hijo se va integrando en el ambiente y se siente a gusto para quedarse solo. Tal vez le dé seguridad verte ahí. 
  • Si te quedas a toda la fiesta, invítale a unirse a sus amigos poco a poco. También cuando observes que ya está cansado o que ya no lo está disfrutando, tal vez sea momento de despedirse, aunque sea antes del final. (Siempre puedes poner alguna excusa con los anfitriones de la fiesta, para poder irse sin evidenciar a tu hijo).
  • Si tu hijo se queda solo en la fiesta, llega a tiempo a recogerlo. Unos minutos antes, si es posible. Tal vez al final de la fiesta esté cansado y un poco (o muy) sobreestimulado, así que es mejor que no tenga que esperar mucho al final por tí.
  • Vayan directo a casa o a algún lugar tranquilo donde pueda relajarse. Es muy común que al salir de la fiesta le dé un “bajón de energía”, porque aunque lo haya pasado bien, ha interactuado con sus amigos. Procura no ir a otro lugar estimulante enseguida, sin darle una pausa para reponerse y recargar su energía. 
  • También piensa en llevar agua o algo de comer cuando vayas por él. Puede ser que no comió en la fiesta lo que hubo (si no le gustó) y que no se haya atrevido a pedir algo distinto de comer o de beber. Podrías encontrarlo con sed y con hambre, aunque no diga nada.
  • Si tu hija o hijo ha recibido una invitación pero no le apetece ir, considera la opción de respetar su elección. Primero asegúrate que efectivamente no quiere ir y por qué (tal vez no es tan amigo, tal vez no le cae bien, etc). Tal vez al hablarlo contigo cambie de opinión y si quiera ir, pero si a pesar de intentarlo no le convences, apoya su decisión. No siempre tenemos que aceptar todas las invitaciones que nos hacen.

En las reuniones sociales o celebraciones familiares:

  • Llega temprano, mejor si son de los primeros en llegar. Le ayuda a irse adaptando poco a poco tanto al lugar, como a los demás invitados que llegarán después.
  • Cuéntale sobre la fiesta desde unos días antes. Dónde será, quiénes estarán, por qué se hará, etc. Saber lo que habrá le dará seguridad y le ayudará a prepararse mentalmente. También pregúntale si hay cosas que quiera saber sobre esa fiesta, tal vez cosas que tú no habías pensado que le preocupan o le incomodan. 
  • Dale la mano o camina cerca de él al entrar. Tu compañía al principio es muy valiosa, le proporciona seguridad. 
  • En la fiesta déjale estar cerca de tí, sobre todo al principio. Tal vez después de unos minutos ya se sienta confiado y empiece a explorar por sí solo a ir con otros niños de la fiesta. 
  • Si no quiere separarse de tí, no lo evidencies frente a los demás. Puedes moverte tú junto con él por la fiesta. Den juntos una ronda por el lugar. Puedes ir describiéndole cosas o saludando personas que van encontrando. 
  • Si se aleja por su cuenta, obsérvalo de vez en cuando para estar pendiente de sus reacciones. Tal vez te percates de que empieza a cansarse y sea momento de salir un momento (al jardín, o al baño) o bien de empezar a prepararse para irse. 
  • Tal vez tu hijo o hija se sienta cansado antes que tú. Piensa en ello si vas sola con él o ella y tú quisieras quedarte más tiempo. Aquí debes considerar su bienestar frente a tus ganas de quedarte. Si vas con alguien más (su papá, por ejemplo) hablen antes de la fiesta sobre la posibilidad de que tú te quedes y él se vaya a casa con tu hijo o hija. O vice versa. Lleguen a un acuerdo antes de la fiesta.

Tip para tí como mamá

Seguirán habiendo situaciones que te seguirán tomando desprevenida y no habrá forma de prever malestares o conflictos. Poco a poco irá siendo más sencillo. Se trata de un largo proceso. Ten paciencia y confía en el proceso.

Yo llevo 7 años aprendiendo y poniendo en práctica herramientas sobre alta sensibilidad e introversión y las situaciones aún se siguen saliendo de armonía entre mi hija y yo. 

También recuerda que tu hija o hijo va creciendo y sus necesidades van cambiando por edad, así que cada etapa irás aprendiendo más y más cosas. 

A partir de ahora también es bueno replantear las dinámicas familiares con respecto a los tiempos y la cantidad de actividades en la familia. 

A veces habrán 2 o 3 fiestas o reuniones en un mismo fin de semana a las que serán invitados y es momento de priorizar. Será por el bienestar emocional de tu hijo o hija y en favor de una relación más armoniosa y fortalecida entre tú y él o ella.

Tener tiempo libre es esencial. Una agenda saturada no permite disfrutar de las actividades con calma y consciencia. 

Te sugiero: valora y reconoce los avances que vaya teniendo tu hija o hijo. Lo importante no son los resultados, sino los progresos, los pequeños avances que hacen que cada vez sea más armonioso nuestro día a día en familia.

También aprovecho para reconocerte a tí por esta mirada más empática hacia tu hijo o hija. Que seas capaz de ponerte en su lugar y percibir el mundo como él o ella lo percibe hace que le entiendas mejor. ¡Enhorabuena por ello! 

¡Saludos! / Zulema

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