Nuestros niños altamente sensibles son personas muy perceptibles, perspicaces y observadoras. Se dan cuenta cuando estás triste y te preguntan por qué. Son apasionados y comprometidos y respetuosos.
No son solo niños que “se abruman fácilmente” o “callados” o “demasiado intensos”. Esas son las obviedades de sus diferencias.
Tienen un gran corazón, mucha empatía y les gusta hacer sentir bien a otras personas. A menudo sus razonamientos te sorprenden por la profundidad de sus conjeturas.
Tienen una gran luz dentro de ellos, y es nuestro deber como madres y padres conocerlos y aceptarlos tal y como son. Guiarlos y ayudarlos a sentirse cómodos tal y como son. Permitirles brillar en el mundo respetando su genuina forma de ser.
Claro que a veces expresan molestia o enfado porque sus calcetines no se alinean correctamente con los dedos de los pies o se quejan porque les jalas el cabello cuando los peinas, pero estas son sus peculiaridades, y todos las tenemos.
Una gran parte de las cualidades y peculiaridades de nuestros niños sensibles son hermosos regalos, no son inconvenientes. En especial si decidimos ver lo positivo de su forma de ser, por encima de aquello que “no corresponde” a la forma en que otros niños se comportan. Y es que justo en sus genuinas diferencias están sus grandes fortalezas.
Su luz y su energía es maravillosa. Lo sé porque estoy criando a una niña altamente sensible que es extraordinaria, así como los tuyos.
Tiene una perspicaz curiosidad por el mundo. A ella le importa cuando las cosas no parecen justas. Habla de cómo se siente y cuida a sus amigas. Entre muchas cosas más que la hacen especial y única, precisamente tal y como es.
Nuestros niños altamente sensibles van a hacer grandes cosas en este mundo. ¿Por qué?
1. Porque están en sintonía con las emociones
Sus emociones, las tuyas y las de otros. Prestan atención a cómo se sienten otras personas y quieren ayudar a mejorar las cosas si esa persona está enojada, triste o frustrada. Quieren celebrar con ellos si están felices y emocionados.
Los niños sensibles a menudo pueden reconocer cómo se sienten e identificar esa emoción. Ese es un regalo ahora y lo será por el resto de sus vidas. ¿Imagina un mundo donde todos los adultos se sintieran cómodos al lidiar con su amplia gama de emociones de una manera saludable? Tal vez así es como podemos traer más amor a este mundo.
Nuestros niños sensibles son los pacificadores.
2. Porque son compasivos
El hecho de que estén tan en sintonía con cómo se sienten les facilita relacionarse con cómo se sienten los demás. Son personas empáticas por naturaleza.
Mi hija me ha visto llorar. Parece que su corazón se rompe si ve una lágrima deslizarse por mi rostro. (¡Lo que también me rompe el corazón!) Me abraza, me besa, me pregunta qué pasa, cómo puede ayudarme. Ella quiere cuidarme. Estarán allí cuando seamos viejos y canosos y necesitemos ayuda.
Nuestros niños sensibles son los cuidadores.
3. Porque son creativos
Los niños sensibles suelen tener una imaginación increíble. Son soñadores. Su creatividad brilla en todo lo que hacen, las ideas simplemente les llegan. Muestran un gran aprecio por las artes y se inspiran en la belleza que encuentran en el mundo. Se dan cuenta de esa diminuta oruga que se arrastra por la acera y de las nubes hinchadas en el cielo.
Nuestros niños sensibles son los innovadores.
4. Porque son solidarios
Intentan colaborar con quienes los rodean, no competir con ellos. Creen en las personas y quieren que les vaya bien. Quieren hacer felices a las personas que aman.
Las personas sensibles a menudo son grandes oyentes: quieren conocer a la gente y entender lo que están pensando y sintiendo. Quieren estar ahí para ti cuando los necesites.
Nuestros niños sensibles son los ayudantes.
5. Porque son únicos
A menudo pueden traer otra perspectiva a la mesa porque tienden a pensar de manera diferente. Son perspicaces y reflexivos: les gusta tomarse el tiempo para estar solos y pasar tiempo con sus pensamientos. Aprecian los momentos de calma y tranquilidad.
Las personas sensibles son bastante intuitivas: parecen saber las cosas, escuchan sus instintos. Esto les permite obtener una buena lectura de las personas. Pueden sentir si eres genuino o no.
Nuestros niños sensibles son los pensadores.
6. Porque son estratégicos
La psicóloga Dra. Elaine Aron y autora del libro “El don de la sensibilidad en la infancia: Cómo ayudar a tu hijo cuando el mundo lo abruma” dice que los niños altamente sensibles son “rápidos para captar cambios sutiles, que prefieren reflexionar profundamente antes de actuar y, en general, se comportan con conciencia”.
Su atención al detalle es impresionante. Hacen muchas preguntas. Piensan las cosas.
Nuestros niños sensibles son los líderes.
Pero claro, como dije antes, ésto será posible si nosotros como sus madres y padres somos capaces de conocerlos, aceptarlos, amarlos y respetarlos tal y como son. Informándonos (y tal vez formándonos) para conocer sobre su alta sensibilidad para encontrar formas positivas para poder guiarlos y que ellos lo vean, lo valoren y lo aprovechen en ellos mismos.
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