¿Sabes si eres una madre altamente sensible?
Te quedará más claro con esta historia…
Cada viernes Lucía organiza citas para que los niños jueguen, ella es mamá de una niña pequeña, y normalmente van unas 4 o 5 mamás.
El caso es que se juntan en el parque alrededor de 10 niños para jugar mientras las mamás preparan la merienda que han traído y comparten todo lo que traen.
Y bueno, en estas quedadas…
Las mamás hablan y se ponen al día de sus cosas de la semana, ya sabes, temas cotidianos, a veces bastante triviales…
Mientras los niños juegan y se divierten, y unos se caen y otros lloran, y uno empuja a otro… lo común.
Para Lucía y la mayoría de mamás es un viernes que las relaja y la pasan a gusto, porque mientras sus hijos juegan y se entretienen, ellas conviven con sus amigas y hablan de todo.
Peeeero…
Calladamente, sin decirlo a las demás,
A Elena, una de las mamás del grupo, estas citas de juego en vez de relajarla… ¡LA AGOBIAN MUCHO!
Y no me malentiendas,
no es que no le guste encontrarse con sus amigas con hijos, sino que…
estar conviviendo todos juntos, en medio del ruido del parque, los niños corriendo, jugando y gritando, atender las charlas de sus amigas en la semana, y atender que su hija se sienta bien y quiera jugar con los demás niños (la niña no siempre está de ganas)…
todo este mar de cosas sucediendo al mismo tiempo, es demasiado para Elena, que tiene la habilidad de poner atención A TODO no puede evitarlo, no puede “apagar sus sentidos”
Así que cuando terminan, ya te imaginas lo cansada que regresa Elena a casa, solo tiene ganas de tumbarse en la cama de lo agotada que está.
Pero no puede, porque debe atender a su hija que también llega cansada, incluso a veces irritable y llorando.
Y el caso es que Elena no se ha atrevido a contarle ésto a sus amigas
A nadie parece pasarle igual que a ella, y no quiere que sus amigas piensen que es una exagerada o aburrida o que crean que no disfruta verlas.
¡Vaya situación! ¡Qué lío!
Es probable que como mujer PAS (Persona Altamente Sensible), te sientas identificada con Elena.
Te aseguro que yo solía sentirme así.
Antes de encontrar la forma de equilibrar mi maternidad con mis rasgos de personalidad.
Nuestras necesidades como mamás PAS son distintas a las de la gran mayoría de mamás. Y más aún si somos introvertidas.
Nos agobian las situaciones y los ambientes llenos de muchos estímulos a la vez. ¡Se nos baja la energía y nos saturamos al punto de no funcionar bien!
Porque no lo expresamos, nos lo quedamos rumiando para nosotras mismas.
Ay, nuestro diálogo interno… ¡Todo lo que nos decimos, caray!
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¡Te espero dentro! / Zulema