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Cómo evitar estos 4 errores comunes con hijos sensibles e introvertidos

En la vida cotidiana con nuestros hijos, a veces cometemos errores de forma inconsciente. 

Situaciones, frases o reacciones que hacemos o decimos porque repetimos patrones sin darnos cuenta, porque omitimos algo que no conocemos o porque no hemos dimensionado lo que hay detrás y que no es positivo para nuestros hijos.

Llevar una crianza respetuosa con hijos sensibles e introvertidos implica desaprender para aprender de nuevo en muchos sentidos.

Así que no te sintas mal si has cometido alguno de estos errores antes. Que lo importante y valioso es ver esos errores ahora, para corregirlos y actuar en consecuencia en adelante. 

Lo que tu hija o hijo necesita de tí es que le digas y le hagas sentir que está bien ser introvertido y altamente sensible. Si se siente aceptado como es, le estás proporcionando un entorno seguro y enriquecedor, para que ella o él acepte a sí mismo tal como es.

Aquí hay algunos errores comunes en los que poner atención para evitarlos.

1. Presentar a tu hija o hijo ante los demás como un niño tímido, callado o penoso

En especial si esa descripción se usa como una especie de “disculpa” ante los demás porque es un niño reservado, tranquilo, o que no contesta cuando le preguntan, o que no sonríe a la primera.

Recuerda que tu hijo altamente sensible e introvertido capta las sutilezas, los tonos de voz, etc., y se da cuenta cuando das explicaciones como “disculpa” ante los demás porque tu hijo “es diferente”, ya que eso es como calificarlo negativamente por su desempeño. 

A una edad temprana, los niños se identifican muy fácilmente con lo que su madre y padre dicen de ellos. Esto puede afectar su confianza al marcar que es “diferente” en un sentido negativo.

Si alguien te pregunta por qué tu hijo está tan callado, puedes decir algo como: «Solo habla cuando tiene algo que decir» o “no es de los que habla a la ligera”, “está pensando su respuesta”, o “le encanta observar y pensar”.

De esta manera, no le darás mucha importancia a su falta de habla y tu hijo sentirá que su forma de ser es válida y aceptada.

2. Compararle con otros niños

Comparar a tu hija o hijo con sus hermanos, o con otros niños de la escuela es un gran error. Esto puede tener un impacto negativo en su autoconcepto y autoestima. Después de todo, no hay dos niños iguales, especialmente cuando tu hijo es sensible e introvertido en un mar de niños que no lo son.

Las comparaciones con otros, en especial entre hermanos, hacen sentir a uno inferior y a otro superior, como en una competencia. Y aunque no sea intencionalmente, en el fondo causa un impacto negativo. No se trata de competir con nadie más.  

Al compararle con otros, tu hijo siente que tiene que ser como ese otro con quien es comparado. Y no necesita ser como otra persona, sino como ella o él mismo es. 

Si crees necesario usar una comparación para mostrarle un avance logrado, que sea una comparación con ella o él mismo. 

Por ejemplo, si quieres mostrarle que ya ha pasado por retos que ha superado, podrías decir “te acuerdas que antes no podías hacer ésto (menciona lo que corresponda) y ahora sí; pues con este nuevo desafío, vas a poder lograrlo si te esfuerzas/ si practicas / si ensayas / si das el primer paso…etc”.

O “te acuerdas que antes no querías hablar con la vecina, pero ahora que ya hablan y juegan juntos te gusta mucho jugar con ella, pues así será con este nuevo amiguito, vas a ir aprendiendo a conocerlo poco a poco”… etc.

Así se convierte en una comparación positiva, lo comparas consigo mismo, con sus propios avances y puede ver sus logros. 

3. Hacer planes familiares sin considerar sus necesidades/gustos como niño sensible e introvertido 

No se trata de basar completamente las actividades en las necesidades o gustos de tu hijo sensible e introvertido, en especial si sus hermanos no lo son. Pero sí, de no olvidar tener momentos de comprensión empática hacia tu hijo, durante tus planes. 

Una pausa para pensar cómo se sentirá y cómo reaccionará, en especial si esa actividad le involucra. Así podrás saber si tu hijo, o tú misma, necesitan prepararse de alguna forma antes y prever imprevistos.

Por ejemplo, si en tu familia les gusta recibir visitas de amigos que traen a sus hijos a jugar con los tuyos, puede que tu hijo prefiera quedarse solo en su habitación, leyendo o jugando un rato a solas, mientras el resto están en la sala o el jardín. O puede ser que tu hijo se quede un rato contigo al inicio, y después ya se sienta a gusto para ir a jugar con los demás. O puede que juegue al principio con todos, pero luego necesite una pausa a solas…

Piensa en una opción adecuada para que tu hijo no se sienta mal en esa situación “como bicho raro” y mucho menos criticado negativamente por no actuar como los demás.

Aquí cuidado también con las actividades que aceptas y a las que les invitan. Ya que muchas veces se aceptan sin reflexionar mucho. Es vital considerar también las necesidades y gustos de tu hijo, mucho más si son actividades infantiles.

Por ejemplo, si le invitan a un cumpleaños con muchos niños invitados, o si la fiesta es de un niño que no es su amigo cercano o incluso que no le cae bien. Esa sí que es una actividad que le involucra directamente y es muy importante que le apetezca ir o que prepares lo necesario para que la disfrute. De lo contrario puedes pensar en una excusa o en una disculpa para no ir. Pero no le obligues a ir si no quiere.

Lee más tips sobre fiestas infantiles para niños sensibles e introvertidos en este post

4. Insistir o presionar para que haga cosas con las que no se siente a gusto

Es natural que como madre quieras que tu hijo tenga amigos, sea parte de un grupo (como equipos deportivos), haga actividades fuera de casa, desarrolle una habilidad como andar en bici, o aprenda a relacionarse con los demás. 

Pero para un niño introvertido y altamente sensible, estas cosas pueden ser un gran desafío. Recuerda que siente más intensamente y se agobia más rápido que otros niños con nuevas experiencias, en ambientes con ruido, luces intensas, mucha gente, etc. 

Entonces, si bien puedes alentarlo, no lo fuerces cuando realmente no le apetezca, le de miedo o sienta que es un gran paso que no quiere dar por ahora. 

Si se trata de actividades que sabes le aportarán un beneficio y que lo puede llegar a disfrutar, entonces aliéntale a ir a pasos pequeños. 

Tal vez empezar a ir como espectadores a los partidos de fútbol, o empezar de a poco cada día un rato con la bici en un lugar tranquilo, o sugerirle que invite a su amigo que venga a jugar o a cenar, pero no lo presiones en hacer muchos amigos si no quiere.

No digas algo como “¿Por qué no puedes hacer amigos?”, o “Tienes que unirte al equipo de fútbol”. Esto solo haría que se sienta mal, como que “hay algo malo en él o ella por actuar diferente a los demás”.

Con los niños introvertidos y altamente sensibles, se trata de calidad y no de cantidad, así que ir poco a poco, paso a paso, con pocos amigos, está bien.

También puede ser que prefiera pasatiempos a solas o estar con un amigo o dos en lugar de unirse a un equipo deportivo, déjale que así sea. Eso es lo que necesita, no más. Calidad sobre cantidad. 

Y por último un consejo adicional

Infórmate todo lo que te sea posible sobre la alta sensibilidad y la introversión en niños. Continúa aprendiendo sobre las características únicas de tu hijo y concéntrate en ellas en lugar de en «aquello que no hace como los demás».

Recuerda que cuentas con este blog, Crianza Serena, con mucha información a la que puedes regresar, cada que lo necesites.

Cuanto más les brindes un entorno seguro y enriquecedor en casa, y una actitud de apoyo y aceptación hacia su alta sensibilidad e introversión, más prosperará como niño y más cómodo se sentirá consigo mismo.

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¡Saludos! / Zulema

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