Cuando las introvertidas nos convertimos en madres, nos enfrentamos a una serie de cambios que hacen tambalear (o incluso desequilibrar casi por completo) nuestra personalidad, en mucho mayor grado que a las madres extrovertidas.
Nuestro valorado espacio personal e individual del que disfrutábamos antes, es ocupado por nuestros hijos. No significa que no amemos ser madres, sino que la pérdida de tiempo a solas y la “invasión” de nuestro espacio personal, nos pesa aún más que a otras madres.
Nosotras necesitamos tiempo a solas para recargar energías, procesar nuestros pensamientos y sentimientos, y para no saturarnos, pero cuando no sabemos cómo sobrellevar esta “pérdida de tiempo personal”, puede surgir un cansancio acumulado muy agotador que puede llevarnos a crisis más profundas, como ansiedad o incluso depresión.
Uno de los puntos importantes para no llegar a esos problemas es, aprender a gestionar nuestra maternidad tomando en cuenta nuestros rasgos de personalidad, entre ellos, nuestra introversión.
Algo que nos puede ayudar a gestionar nuestra maternidad es contarles (o recordarles) a nuestras personas cercanas que somos introvertidas y que necesitamos comprensión y ayuda.
Muchas veces, contarle a alguien extrovertido puede parecer difícil de explicar de una forma que esa persona comprenda que la introversión es perfectamente normal y que no es una forma de ser que deba ser corregida ni cambiada.
Es decir, no queremos consejos de cómo dejar de ser introvertidas, sino queremos entendimiento por su parte de que somos introvertidas y que necesitamos su comprensión y su ayuda en algunos aspectos.
3 aspectos generales sobre introversión que puedes explicar en una charla con un extrovertido
Y que te sirven como un primer acercamiento a “abrirte” con ellos para mostrar cómo eres y puedan entenderte un poco mejor.
1. Dile que las personas introvertidas obtenemos energía de una manera diferente a las extrovertidas
Los extrovertidos tienen la capacidad para trabajar todo el día y luego tener la energía para socializar con la gente después. Ellos suben su energía de los estímulos externos y las interacciones sociales con los demás.
Cuando un extrovertido pasa demasiado tiempo sin la estimulación de los demás, puede volverse inquieto y ansioso, necesitando salir y compartir el espacio con las personas, ya sean amigos o extraños.
Para una persona introvertida sucede lo contrario. Le basta un nivel muy bajo de estímulos externos para sentirse bien y motivada. Obtiene su energía de las ideas, imágenes y recuerdos que están en su mundo interior, más que de los estímulos externos. En ambientes con muchos estímulos el introvertido puede llegar a sentir estrés y ansiedad.
Las personas introvertidas pueden relacionarse con el deseo de salir y estar con la gente, pero no al mismo nivel que los extrovertidos… en absoluto.
Un introvertido prefiere pasar tiempo de calidad con un amigo cercano o un miembro de la familia que salir y explorar el mundo por su cuenta.
Entonces, socializar en grandes grupos a menudo nos hace sentir cansadas y agobiadas, y mucho más si se trata de personas nuevas, que no conocemos.
Después de entender estas diferencias de cómo los introvertidos y los extrovertidos ganan energía, es más fácil explicárselo a alguien que no lo entiende.
No es que las personas introvertidas odiemos a las personas, simplemente no nos gusta la socialización superficial y, a menudo, preferiríamos estar en casa o en un lugar discreto con una amiga o dos.
No estamos tratando de ser groseras, simplemente estamos cansadas o sobre estimuladas y necesitamos algo (o mucho) tiempo para nosotras mismas.
2. Explica cómo el tiempo a solas es vital para todos, pero especialmente para las personas introvertidas.
Los extrovertidos no pueden negar que a veces necesitan tiempo para sentarse consigo mismos, aunque probablemente no tanto como los introvertidos, pero aún así.
A veces, un introvertido puede necesitar un día entero solo para recargar energías, mientras que los extrovertidos solo necesitan un par de horas… o incluso minutos. Después de descansar, necesitan estimulación exterior nuevamente para centrarse y recuperar su energía.
Para una persona extrovertida que en su trabajo diario habla con todo tipo de personas a lo largo del día, cuando llega a casa, por lo general necesitará solo 30 minutos para ducharse o relajarse, y luego quiere hacer algo más.
Una persona introvertida en cambio se sentirá agotada y necesitará tiempo a solas, a veces horas, para descansar y recargarse, porque usó mucho de su energía en su trabajo.
Una gran guía para la comparación entre los dos tipos de personalidad dispares sería que la cantidad de tiempo que necesitan los introvertidos para socializar es probablemente igual a la cantidad de tiempo que necesitan los extrovertidos para estar solos.
3. Házle saber tus limitaciones y límite respecto a tu descarga de energía.
Si como introvertida compartes tu casa y tu espacio personal con una pareja extrovertida, es importante no solo explicar tu personalidad, sino también tus límites.
Es mejor establecer pautas claras sobre cuáles serán tus necesidades cuando se trata de socializar y pasar tiempo a solas para que ambos puedan llegar a un acuerdo o compromiso. Aquí se incluye el tiempo y el cuidado con los hijos.
Para las personas introvertidas, es importante expresar su necesidad de espacio en relación con las actividades requeridas, y no solo en casa, sino también en el trabajo, la escuela, la relación con familiares u otras obligaciones.
Estas actividades requieren tiempo y energía, por lo que necesitará tiempo para prepararse y recuperarse. Muchas introvertidas sabemos que esos momentos son vitales, por lo que es importante verbalizarlo y dejar claro nuestros límites.
Para los extrovertidos, (por ejemplo si tu pareja es extrovertido), puede resultar difícil cuando establecen límites para ambos, ya que la estimulación externa y social es increíblemente importante para ellos.
Como introvertida, puedes ayudar a crear un entendimiento mutuo cuando le explicas a tu pareja extrovertida que está bien que digan que no a los eventos sociales y que pasen un tiempo a solas cuando sea necesario.
O a tus familiares y amigas que no siempre irás a las reuniones, o que si vas no te quedarás a toda la reunión.
Establecer este entendimiento mutuo puede ayudar a que ambos se entiendan mejor, lo cual es clave.
Al final del día, el respeto es el aspecto más importante de cualquier relación. Es importante reconocer que pueden pensar de manera diferente y que es posible que no disfruten experimentar todas las actividades juntos.
Después de todo, las actividades que para tí sean disfrutables como introvertida (leer, sentarte en silencio a navegar en internet, ver películas, meditar…) pueden no serlo para los extrovertidos con quienes convives, y viceversa.
Probablemente habrá veces en las que tu pareja extrovertida (si es tu caso) quedará de verse con familiares o amigos, y tal vez pueda llevarse a los niños, mientras tú como introvertida te quedas en casa para recargar energías, y eso estará bien.
La comunicación y el respeto mutuo por las necesidades de cada quien facilitará que esta dinámica funcione.
Estas 3 ideas son un primer acercamiento para explicar la introversión, pero por supuesto hay muchas más cosas que decir. Pero éste es un primer paso que te beneficiará mucho. Adelante!
¿Te ha gustado este post? Apúntate a mi newsletter.
Recibirás herramientas y reflexiones cada semana sobre alta sensibilidad e introversión, relacionadas a la maternidad y la crianza. Escribes tu email ahí debajo y te apuntas con un clic.
¿Que cambias de opinión? Te borras con otro clic. Bastante fácil.
¿Tienes un consejo o sugerencia que te ha funcionado a tí en este tema? Compártelo en los comentarios aquí debajo. ↓↓↓ ¡Nunca se sabe a quién puedes ayudar con tu consejo!
¡Saludos! / Zulema
Si te gustó este post, también te podría gustar: