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6 beneficios de reconocer y validar a tu hijo sensible e introvertido

Ya hemos hablado en el blog sobre la importancia de la aceptación. Aceptar que tu hija o hijo es altamente sensible e introvertido y mostrarle que le aceptas tal como es con tus palabras, tus actitudes y tus acciones son esenciales en su niñez. 

La aceptación, aunada al respeto y al amor, le darán una base sólida en la cual apoyarse emocionalmente cuando crezca. Le permitirán reconocer quien es “desde dentro” y no “desde fuera, donde le marcan como debiera ser”.

La aceptación va de la mano con otros 2 conceptos: El reconocimiento y la validación. 

Reconocer y validar los sentimientos y deseos de tu hijo, incluso si parecen ridículos, irracionales, egocéntricos o incorrectos es una forma de decirle “te veo y te comprendo”. De “ponerte en su lugar” y usar tu empatía. 

Recuerda su edad y que para ella o él eso que está sintiendo es algo real e importante. Además por su alta sensibilidad recuerda la intensidad con la que siente.

Antes de decirle a tu hijo que es hora de irse del parque, o recordarle que ese juguete que está viendo y deseando tener, tiene que quedarse en la tienda, es bueno reconocer su punto de vista.

Es importante diferenciar y aclarar que:

Reconocer y validar no es lo mismo que estar de acuerdo, y definitivamente no es indulgente ni permite un comportamiento indeseable.

Reconocer no es aprobar las acciones de tu hijo; es validar sus sentimientos detrás de sus acciones. Es una forma simple y profunda de mostrarle que puedes entender lo que siente. 

Reconocer le demuestra tu comprensión y aceptación. Le envía un mensaje poderoso y afirmativo. Le haces saber que cada expresión de su mente, cuerpo y corazón es natural, es humano.

Reconocer puede parecer simple, pero no es fácil. Puede ser incluso contrario a lo que puedas creer que es adecuado. 

Tal vez puedas cuestionarte:

– ¿Reconocer sus deseos no empeorará las cosas?

– Si le digo: «Sé cuánto quieres un helado como el que tiene tu amigo y se ve delicioso, pero no comeremos el postre hasta más tarde»… ¿no hará que mi hijo se aferre más tiempo y llore más? 

– ¿No sería mejor minimizar o restar importancia a sus sentimientos, o tratar de distraerlo, redirigirlo o solo decir: “No cariño, ahora no”?

Nuestros temores sobre un reconocimiento honesto de la situación que “empeoren las cosas” casi siempre son infundados. 

Sentirse escuchado y comprendido permite a los niños liberar los sentimientos, dejarse llevar y seguir adelante. 

Aquí hay 6 razones por las que reconocer y validar los sentimientos de tu hija o hijo sensible e introvertido, hace que valga la pena tu esfuerzo al hacerlo.

1. Reconocer y validar puede detener las lágrimas y las rabietas

He sido testigo de esto muchas, muchas veces. Ya sea que un niño esté molesto por una lesión, en desacuerdo con otro niño o enojado por un conflicto con su madre o padre, reconocerle al niño lo que sucedió o que está herido, frustrado o enojado puede aliviar milagrosamente el dolor. Sentirse comprendido es algo poderoso.

2. Reconocer y validar, en lugar de juzgar o “arreglar”, fomenta la confianza

Las madres, padres y cuidadores tenemos una enorme influencia sobre los niños pequeños y nuestras respuestas tienen un gran impacto en ellos. 

Si, por ejemplo, tratamos de calmar a nuestros hijos asegurándoles que no tienen porqué estar molestos o preocupados por algo que les preocupa, es posible que se sientan menos inclinados a expresar sus sentimientos. 

La razón es que aunque sea con buena intención, decirles “no tienes de qué preocuparte”, minimiza e invalida lo que ella o él está sintiendo. Les damos un mensaje de “estás dándole demasiada importancia” o “estás exagerando”. Lo cual para un niño altamente sensible es muy invalidante.

Si nuestro objetivo es la salud emocional de nuestro hijo y mantener abierta la puerta de la comunicación, simplemente reconocer y nombrar es una buena forma de validar lo que siente.

3. Reconocer le ayuda a saber qué siente, fomenta su desarrollo del lenguaje y su inteligencia emocional

Los niños obtienen claridad sobre sus sentimientos y deseos cuando se los reflejamos de forma verbal. Cuando nos escuchan reconocer y validar lo que sienten. 

Y si no estás muy segura del sentimiento, puedes primero preguntarle: “¿Te enojó que Luis no te dejase usar sus juguetes o te puso triste? “¿Te asustó el ladrido del perro o solo te sorprendió?” y escucha su respuesta, sin interrumpir, sin apresurarte a emitir juicios.

Ésto funciona con niños que ya identifican sentimientos y pueden diferenciar entre enojarse y ponerse triste, o entre asustarse y sorprenderse. 

Para el caso de bebés o niños más pequeños, serás tú la que deberá nombrar el sentimiento. En este caso se convierte en una forma muy poderosa, significativa y natural para que aprendan a identificar sus sentimientos y tener confianza en tí.

4. Reconocer nos ayuda a comprender y empatizar con lo que siente.

Reconocer la situación y hacer preguntas (especialmente cuando no sabemos la razón por la que nuestro hijo está molesto) puede ayudarnos a desentrañar el misterio. 

Para poder empatizar con el punto de vista de nuestro hijo, primero tenemos que verlo, por lo que reconocerlo nos ayuda a tener claridad. 

5. Reconocer las dificultades puede ser todo el estímulo que tu hijo necesita para continuar.

Este es otro escenario en el que un simple reconocimiento puede funcionar como magia. 

En lugar de decir, “¡tú puedes hacerlo!”, lo cual puede crear presión y hacer que el niño crea que nos decepciona, trata de decir, “Estás trabajando muy duro y estás progresando. Eso es difícil de hacer, y lo estás haciendo poco a poco”.

6. Los reconocimientos en lugar de los elogios ayudan a los niños a mantenerse dirigidos hacia adentro.

Esto se refiere a contener nuestro impulso de aplaudir en voz alta o decir “¡buen trabajo!”, y en su lugar sonreír y reflexionar: “Veo que separaste las bolitas de plástico. Eso fue realmente difícil”.

Deja que la alegría interior de tu hijo lo motive a sí mismo. Claro que puedes sonreír y expresar tus sentimientos genuinos, pero abstente de hacer excesivos elogios, aplaudir y armar un gran alboroto. 

Si haces ésto, tu hijo comenzará a buscar satisfacción en fuentes externas. Puede engancharse con los elogios, convirtiéndose en un artista que busca aplausos en lugar de un explorador que busca explorar y aprender. 

Ciertos elogios, en especial si es lo único que el niño recibe como reconocimiento, también perturban e interrumpen el proceso de aprendizaje de un niño. 

Porque deja lo que está haciendo y se enfoca en ti, a veces sin volver a la actividad que estaba haciendo.

En resumen

Reconocer y validar demuestra que estás prestando atención. Hace que tu hija o hijo se sienta comprendido, aceptado, profundamente amado y apoyado.

¿Puede haber alguna mejor razón para intentarlo?

«Las personas olvidarán lo que dijiste; La gente olvidará lo que hiciste. Pero la gente nunca olvidará cómo los hiciste sentir”.

– Maya Angelou

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¡Saludos! / Zulema

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