madre PAS cansada

5 desafíos de mamás altamente sensibles e introvertidas

Siempre supe que era un poco diferente. De niña me decían que era “penosa” (que me daba pena o vergüenza), aunque no encajaba del todo en la descripción de tímida. Me gustaba socializar y estar con mis amigos, pero con límites. Siempre tuve pocos pero muy buenos amigos.

Ya de adolescente, me sentía incómoda en ciertos momentos de socialización. Notaba que después de unas horas, me agotaba mental y emocionalmente. Y al llegar a casa, me tumbaba en la cama como un saco de arroz de lo cansada que estaba.

Callaba, no quería ser catalogada de diferente, antisocial, aburrida o exagerada. 

Creía que algo funcionaba mal en mí y que debía arreglarme para «encajar». Aprendí técnicas y practiqué mucho para «superar mi timidez». Y llegó un punto en que creí lograrlo.

Pero, al mudarme de México a Suecia de adulta, mi dificultad para socializar en el nuevo país, regresó. Y cuando me convertí en mamá, empecé a observar que mi hija, se comportaba un poco diferente a la mayoría de los niños de su edad al socializar.

Y que también se incomodaba mucho con los ruidos, las luces fuertes, cuando gente desconocida se le acercaba, las fiestas infantiles con muchos niños y muchos estímulos… y al buscar información me topé con la introversión y con la alta sensibilidad

Ambos son rasgos de la personalidad biológicos e innatos y completamente normales. Están en un porcentaje bajo en la población (un 15-20% somos PAS, Personas Altamente Sensibles y un 20-30% somos introvertidos). ¡Aleluya!

La alta sensibilidad y la introversión son rasgos diferentes de la personalidad. Aunque hay muchas similitudes entre ellos, también hay diferencias. Si quieres saber más, lee: Similitudes y diferencias entre personas introvertidas y altamente sensibles

Ahora que sé lo que soy, no lucho contra ello. He aceptado mi yo sensible e introvertido y estoy tratando de construir una vida que sea más cómoda para mí, en lugar de tratar de forzarme a elegir un estilo de vida que no se ajuste a mi personalidad.

Como mamá PAS introvertida, la maternidad es abrumadora por TODO lo que implica y particularmente agotadora para todos mis sentidos. Al paso del tiempo he aprendido herramientas y estrategias para gestionar tanto las situaciones cotidianas, como mi forma de sentir y reaccionar. 

Siempre habrá situaciones que serán un reto, pero me consuela el hecho de que no estoy sola. Tal vez tú te identifiques con el tipo de cosas que tienden a abrumarnos a las madres altamente sensibles e introvertidas o conozcas a alguna mamá que encaje con lo que aquí enlisto.

5 desafíos de mamás altamente sensibles e introvertidas

1. Las citas de juego nos agotan.

No se trata solo de los líos interminables que crean los niños o la gran cantidad de movimiento, ruidos, sentimientos y reacciones de nuestros hijos. 

El simple hecho de planificar una cita de juego puede hacer que la cabeza nos dé vueltas, sin mencionar que tenemos que mantenernos al día con la conversación de los adultos y la interacción de los niños a la vez (no somos multitarea, al menos no positivamente). 

No es que no queramos tener citas de juego con otras mamás y sus hijos. Lo que no queramos es que sean demasiadas personas a la vez, y probablemente preferiremos que la duración no sea tan larga.

2. Podemos saltarnos las “noches de mamás” también.

Amo a mis amigas mamás, pero por lo general prefiero pasar el rato con ellas a solas. Una a una. O dos a la vez, en lugares tranquilos. Y en ocasiones especiales me reuno con varias a la vez. 

Además, a menudo estoy demasiado exhausta emocionalmente después de un largo día de trabajo y de estar con mi hija, para salir por la noche. Las salidas de noche con otras mamás, me las salto.

Las mamás sensibles no queremos nada más que silencio al final de nuestros días. Un poco de Netflix y vino tinto también pueden entrar en escena en ocasiones.

3. Sentimos TODO.

Suelo percibir cuando alguien que está cerca de mí está está molesto o sufriendo, incluso si está tratando de ocultarlo a los demás. 

Es muy difícil para nosotras, las mamás altamente sensibles, no absorber cada pequeña pena o mal humor que tienen nuestros hijos. 

Esto nos hace muy empáticas, pero dado que se sabe que los niños son muy emocionales la mayor parte del tiempo, en especial entre los 0-6 años, podemos terminar sintiéndonos totalmente agotados por períodos. Por eso necesitamos tanto los descansos tranquilos.

4. Las noticias perturbadoras se nos meten debajo de la piel.

Desde que soy mamá me afectan especialmente las malas noticias. Si un niño sufre daño, no puedo evitar imaginarme a mi propia hija. Me deprimo y me angustio con facilidad, incluso por cosas que no me afectan directamente. He tenido que apagar las noticias cada vez más últimamente solo para mantenerme tranquila y calmada.

5. Necesitamos muchos descansos para funcionar

Estar demasiado ocupadas y sin descansos es realmente agotador para nosotras. Para mantener las actividades y la agenda a un nivel que no me tengan corriendo por todos lados evito inscribir a mi hija en demasiadas actividades extracurriculares y prefiero no incluir demasiada actividad en nuestros fines de semana. 

En el fondo soy una persona hogareña, y resulta que mi hija y mi esposo también lo son. Claro que salimos y nos divertimos, pero con moderación. He renunciado a ser una madre ocupada poruqe no es así como elijo (ni quiero) funcionar.

Necesito tiempo a solas cada día para desconectar la mente y descansar. Para nosotras, mamás altamente sensibles, el descanso de nuestros pequeños es una necesidad. Amo a mi hija al infinito pero si no descanso, me agoto al punto de no funcionar.

Por último

Si estás leyendo ésto y no eres mamá PAS, pero tal vez conoces una, espero que ahora puedas entender mejor nuestro comportamiento. 

Te pido que por favor, no tomes nuestro silencio o nuestra necesidad de retirarnos como algo personal. Nuestros sentidos se sobrecargan fácilmente y necesitamos más descansos y silencio que la persona promedio.

Pero aquí está nuestro mayor activo: amamos con todo nuestro corazón. Y eso se aplica a nuestros hijos, nuestros amigos e incluso a los extraños en la calle. Entonces, si te tomas el tiempo de conocernos, te daremos nuestro corazón. Solo te pedimos que lo manejes con cuidado.

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¡Saludos! / Zulema

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